Preguntas y más preguntas que
debemos responder con una solución, a priori, que algunos creen mágica.
Hoy haremos una pequeña reflexión
de cómo podemos mejorar nuestras habilidades comunicativas. Porque los que nos
dedicamos a formar en comunicación verbal tenemos una idea clara en la cabeza:
todos tenemos potencial y hay que relucir los puntos en los que destacamos.
En mis clases tenemos una premisa.
Un tema clave. Debemos ser conscientes
de nuestros defectos para convertirlos en nuestras mayores virtudes. No
tratamos de erradicar las señas de identidad de un alumno, puesto que no
buscamos papagayos, sino transformarlas en una característica que le otorgue
valor añadido. Sabemos cómo hacerlo.
Pero no es una fórmula mágica.
Nuestra metodología parte de la práctica y se enfoca en tres sentidos. Por un
lado, es necesario conocer qué
herramientas y recursos podemos utilizar; esta teoría se adquiere de una
forma personal, práctica y en escucha activa. En un segundo plano, el análisis individual de cada alumno. Por
último, una acción sucesiva de supuestos
y ejercicios personalizados que conjugan tres ejes principales de nuestra
formación: persuasión, lenguaje no verbal e improvisación.
Y nos dedicamos plenamente a esta
labor. Esta es la hoja de ruta con la que conseguimos que nuestros alumnos
acaben formados y no se parezcan entre ellos. Porque creemos, y es un principio
rector en nuestra educación, en la creatividad e independencia del alumno.
Pablo López Reclusa
Socio de Usa la Palabra Formación S.L.
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